lunes, 19 de enero de 2009

Declaradme culpable


DECLARADME CULPABLE
Año:2005
País: Estados Unidos
Duración: 125 minutos
Título original: Find me guilty
Dirección: Sidney Lumet

 



Sinopsis:

La película está basada en la historia real del juicio contra la familia mafiosa Lucchesi, el proceso más largo en la historia de los Estados Unidos.


Comentario:

He de reconocer que soy un enamorado de las películas sobre mafiosos. Desde la sublime "El Padrino" hasta la más reciente "Infiltrados", pasando por la magistral "Uno de los nuestros", la mayoría de las películas de esta índole me resultan muy interesantes. Probablemente, el motivo se deba a la fascinación que produce una vida de ese estilo, donde, en un santiamén, puedes pasar de estar en la cima a criar malvas. Y la película que hoy vamos a analizar, aborda esta temática desde un punto de vista diferente. ¿Qué pasa cuando estas personas se ven sentadas en el sillón de acusados de un juicio? ¿Cómo se desarrolla un juicio de esta índole? Pues estas preguntas son las que intenta contestar el director de "Declaradme culpable", Sidney Lumet. Para ello, Lumet se vale del juicio más largo y pintoresco celebrado en los Estados Unidos. Concretamente, el juicio contra la familia "Lucchesi".

El proceso contra la familia "Lucchesi" sentó en el banquillo de los acusados a más de 20 imputados, cada uno con sus respectivos abogados. Por lo tanto, el juicio duró más de un año. Plasmar en una película de dos horas todo lo acontecido en dicho juicio, sin hacerlo pesado para el público, supone todo un desafío para cualquier guionista. Por ello, se decidió que la historia debía girar alrededor del personaje más fascinante del proceso: Jack DiNorscio. "Fat Jack", como le llamaban sus más allegados, cumplía una condena de 30 años cuando se celebró el proceso y rechazó una propuesta de reducción de pena si declaraba en el juicio contra sus antiguos compañeros. Además, en el juicio, se defendió a sí mismo rehusando los servicios de un abogado. Si a todas estas premisas, le unimos su carácter simpático y casi cómico, tenemos un personaje en mayúsculas para sustentar la historia.

Una vez elegido el personaje principal, el siguiente paso es dar con el actor idóneo para interpretar un papel tan jugoso y complicado. Creo que el actor ideal para este papel era Joe Pesci. Además, según he podido leer en algún que otro foro internauta, era el preferido por Sidney Lumet. Pero por un motivo u otro, no se pudo contar con los servicios de tan excelente actor. Y la elección final de Lumet para el papel llama poderosamente la atención. Se optó por contar con Vin Diesel. Sí, han leído bien: el musculado actor encasillado en películas de acción. Con esta decisión, a priori, se puede esperar cualquier cosa menos algo bueno. Pero Lumet sabía muy bien lo que se hacía, y la elección de Vin Diesel resultó, a la postre, bastante acertada.

La actuación de Vin Diesel no se queda en la corrección, sino que va más allá. Diesel consigue transmitir todos los valores que el personaje encarna, y se convierte, para mí, en la sorpresa interpretativa más grande de los últimos tiempos. Gracias a su magnífica interpretación, Diesel logra que el espectador se encariñe con el pintoresco personaje e, incluso, sienta por él lástima y respeto al mismo tiempo. Es una pena que la película esté tan cerrada al ámbito de la sala judicial, porque sino, probablemente, el bueno de Vin hubiera conseguido mayor reconocimiento en el mundo cinéfilo. Si a esto último le unimos que el film no se distribuyó por demasiadas salas norteamericanas, el gran papel de Diesel habrá pasado desapercibido para muchos.

El otro punto destacable de la película es conseguir que sea bastante amena y entretenida. Y lograr ésto en un largometraje basado en un caso judicial tan complicado y enrevesado me parece un logro muy notable. Lumet consigue dotar al film de agilidad y soltura, consiguiendo un producto cien por cien cinematográfico. Y con cinematográfico me refiero a lo que debe ser el cine en definitiva: entretenimiento. Para entretener hay muchos caminos: risa, llanto, intriga, emoción, etc. Y, evidentemente, Lumet, a sus ochenta y tantos años y tras decenas de películas a sus espaldas, es un maestro en conseguirlo con cualquier material que caiga en sus manos.

Me queda la duda de si "Declaradme culpable" hubiera conseguido más reconocimiento si se hubiera apostado más por ella a la hora de distribuir la cinta. Pero el caso es que estamos ante una película sorprendente por la forma de abordar un tema tan manido y por amenizar una historia tan enmarañada. Este largometraje ha sido una grata sorpresa para mí en varios sentidos, y sin ser una película superior al notable, me ha dejado un buen sabor de boca. Sobre todo, porque el trasfondo y moraleja de la historia, lejos de juicios morales, encierra un concepto muy en desuso en nuestra sociedad y que, personalmente, me parece un valor fundamental en cualquier persona: la lealtad.

Mi valoración: 8/10

Trailer en inglés:


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